El presidente HugoChávez ganará el 7 de octubre con 58,5% de los votos, de acuerdo con el
sondeo de Meganálisis realizado entre el 6 y el 14 de septiembre. Mientras, el
candidato de la oposición obtendría 30,8%, por lo que habría una brecha de 27,7
puntos.
Así lo informó Rubén Chirinos, presidente de la consultora, quien
recalcó que se consultó a los estratos D y E que aglutinan a 86% de los
votantes. Apuntó que 38% del padrón está en la clase D (clase media baja) y el
48% en la E (clase
pobre). “Lo que dice esa gente es lo que va a pasar en Venezuela. Son los
sectores populares, en el histórico presidencial, los que eligen y quitan
presidentes. Los pobres de Venezuela, los más humildes, van a reelegir al
presidente Chávez porque la suerte está echada”, subrayó.
Recalcó que los sectores garantizarán el triunfo de Chávez porque los
estratos A-B apenas representan 3%, mientras que el C lo integra 17% del padrón
electoral. Apuntó que los sectores D y E utilizan los servicios de Mercal, Barrio Adentro y
se han beneficiado de las misiones. “O se conforman los que tienen que
conformarse, o aceptan los números que los especialistas en la materia estamos
dando. Estamos diciendo la realidad, la tendencia se mantendrá; la tendencia en
los sectores mayoritarios nos habla de 27 puntos de diferencia”, dijo.
En el sondeo se realizaron 2.150 consultas en los 14 estados y 32
ciudades más importantes electoralmente, con un margen de error de 2,4% y un
nivel de confianza de 97%. Indicó que si los indecisos van a las urnas, la
brecha aumentaría a 31%, lo que favorecería a Chávez con 65% de los votos,
mientras que Henrique Capriles Radonski obtendría 34%. Explicó que los
indecisos provocarían “una avalancha de votos para ambos candidatos”.
La encuestra reveló que 91% de los electores “tiene mucha ganas de
votar”. Tomando en cuenta la data histórica de eventos electorales anteriores,
es probable que se registre 76,3% participación y 23,7% de abstención. Refirió
que en mayo el porcentaje de indecisos era de 10,7%, mientras que en septiembre
se ubica en 4%, que de acuerdo con su criterio es bajo.
Según Chirinos, hay mayor indecisión “cuando existe pugnacidad, cuando
los mensajes chocan, cuando las ofertas son muy buenas entre dos candidatos.
Pero el mensaje del candidato opositor no ubicó su target y dio un mensaje
genérico, no tiene conexión con los sectores populares. Por lo tanto, no puede
existir competitividad en los mensajes y no hay indecisión para escoger”. El
87% de los consultados cree que se respetarán los resultados: “La gente quiere
paz, el pueblo quiere vivir en paz”.
El 68% de los encuestados cree en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y
el 65% en la Fuerza
Armada Nacional y en el Plan República, reveló el estudio. En
su exposición se refirió al historial de la brecha. Recordó que en 1998 Chávez
le ganó a Henrique Salas Romer por 16,3 puntos; en 2000 venció a Francisco
Arias Cárdenas por 22 puntos; y en 2006 superó a Manuel Rosales por 25,9. Acotó
que existe la posibilidad de que Chávez gane en todos los estados: “El
candidato que sea electo presidente tenga la plena seguridad de que el que
salga derrotado perderá todas las gobernaciones. La barrida electoral es
inminente porque la oposición nunca ha sabido conducir un mensaje capaz, que no
genere pánico”.
Dijo que si la derecha insiste en que ganará el 7 de octubre, “vendría
una frustración en las filas opositoras que no acudirán a las urnas electorales”
en las elecciones regionales: “En el historial tenemos que en 2004, después del
referendo revocatorio, la oposición desapareció de las urnas y se perdieron
todas las gobernaciones; solo ganó en Nueva Esparta y Zulia. Ya hubo una
experiencia, existe una probabilidad”.
El estudio arrojó que el PSUV es percibido con mayor organización: “En
la oposición hay muchas manos en la sopa que ponen el caldo negro, hay testigos
de muchos partidos. La heterogeneidad no hace la homogeneidad que tiene el PSUV
que garantiza la defensa de los votos. En la oposición no existe un control
exacto de quién es el responsable de cada área”. Indicó que los mítines y las
caminatas “solo sirven para darles ánimos a los partidarios, pero movilizan a
poca gente y no se asegura la victoria. Sin embargo, el ánimo hay que saberlo
administrar, porque de lo contrario puede desembocar en tristeza y desolación.
Un mitin beneficia al que gana, pero después que gana; a la gente lo que le
interesa es que le den un mensaje de conexión, es decir, cómo la van a ayudar a
resolver los problemas”.
Chirinos comentó que 42% admitió que votan en las elecciones
presidenciales, seguido por las regionales y parlamentarias: “Son mensajes y
campañas diferentes; el poder indirecto no es lo mismo que el poder directo”.
(TVY)(Cubadebate)(26/09/2012)
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